Contenido creado por Martín Otheguy
Música sin enemigos

Seis grados de separación

Música sin enemigos: Zaz, Joss Stone y Susana Baca

Montevideo recibe a Joss Stone, la francesa Zaz y la peruana Susana Baca. En su nuevo espacio, Andrés Torrón nos cuenta qué vínculos podemos encontrar en las tres propuestas.

05.03.2015 10:44

Lectura: 7'

2015-03-05T10:44:00-03:00
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Tras finalizar su espacio de entrevistas "Sin Casete", Andrés Torrón regresa como colaborador a Montevideo Portal con la columna "Música sin enemigos". Andrés Torrón es autor del libro 111 Discos Uruguayos, que puede conseguirse aquí.

Con muy pocos días de diferencia Montevideo va a recibir a tres artistas muy distintas que aparentemente comparten muy pocas cosas en común más allá de su renombre internacional: la francesa Zaz (el 10 de marzo en el Teatro Solís), la peruana Susana Baca (11 de marzo, Solís) y la británica Joss Stone (18 de marzo, Teatro Metro).

Puede resultar bastante caprichoso buscar conexiones entre ellas. Pero, aunque sus universos artísticos estén muy alejados las tres se comparten el basar su música en fuertes tradiciones -en principio ajenas a las tendencias del mainstream- y haber llegado a grandes públicos por caminos inesperados.

La francesa Zaz ya estuvo en Montevideo hace casi exactamente un año. La celeridad con que agotó las entradas a su espectáculo sorprendió a los propios organizadores. Si no fuera porque la agenda de la artista no lo permitía hubiera sido muy sencillo llenar otro Teatro Solís con su show.

Zaz es el nombre artístico de Isabelle Geffroy. En 2010 cuando aun no hacía mucho que había llegado a París desde su natal Tours, logró un inesperado éxito mundial con la canción "Je Veux". La canción con sonido acústico, reminiscencias del sonido "manouche" (el jazz gitano) y una letra con mensaje anti consumista bien directa y sencilla, se transformó en hit alternativo juvenil en varias partes del mundo, incluyendo Uruguay.

Las razones de por qué algo se vuelve éxito son siempre misteriosas. Geffroy tenía a sus 29 años mucha experiencia cantando en grupos de todo tipo, trabajando como sesionista en grabaciones y siendo intérprete callejera en Montmartre y en el Barrio Latino, cuando Soltani le propuso grabar su disco debut que tiene seis canciones en que es co-compositora. La mezcla de influencias es patente en el álbum, que mantiene siempre un pie en la tradición de la chanson francesa y otro en el sonido gitano, pero explora en el blues, el pop, la música afrocubana y el flamenco. Una de las razones de ese éxito que lleva vendidos más de dos millones de discos en una época poco propicia, puede estar en su frescura. Zaz se apoya en varias influencias tradicionales de la música francesa, tiene sus deudas con Edith Piaf en lo vocal, pero lo que hace suena a la vez nuevo y fresco.

A fines de 2014 editó un disco que deja aun más en claro su costado tradicional. Su álbum Paris se basa en canciones muy conocidas, popularizadas por Maurice Chevallier, Joe Dassin o Edith Piaf que tienen a la ciudad luz como centro. El disco incluye arreglos de Quincy Jones en algunos temas y un gran dúo con el nonagenario pero siempre vigente Charles Aznavour.

De las tres visitantes Joss Stone es la artista de popularidad más masiva, quizás por su origen inglés, quizás porque basa su propuesta en tradiciones estadounidenses.

Stone es en verdad continuadora de una larguísima tradición que arranca por lo menos desde la década de 1950.

No se puede hablar de imitación. Los británicos han hecho suyos géneros musicales nacidos al otro lado del Atlántico, dándoles un toque personal, que a la vez han sabido exportar a su ex colonia y al resto del mundo. El soul negro estadounidense ha tenido grandes intérpretes británicas blancas. Allí está Dusty Springfield, londinense de familia irlandesa, que desde 1964 fue incorporando el soul a su música hasta editar en 1969, Dusty in Memphis, un álbum fundamental en la historia del soul.

Aunque sea difícil de creer Joss Stone (nacida Joscelyn Eve Stoke) tenía 16 años cuando empezó a grabar su álbum The Soul Sessions editado en 2003. La leyenda dice que Stone, conocida como cantante a través de un concurso televisivo, iba a hacer un disco pop como tantos otros, hasta que escuchó música negra estadounidense de los sesenta por primera vez.

Sea verdad o no The Soul Sessions es lo que promete desde el titulo: una colección de temazos del soul negro afroestadounidense de los 60's y 70's, cantados con una convicción y un gusto increíbles (no solo para una adolescente de 16). El disco se convirtió en un éxito mundial, que puede explicarse, aunque no del todo, por el camino allanado por Amy Winehouse y el supuesto revival del soul. Con el tiempo Stone ha coqueteado con diversos géneros sin salirse del todo de su estilo y se ha convertido también en compositora, aunque hace poco volvió a sus "raíces" en el álbum The Soul Sessions Vol. 2, donde repite la formula de 2003, con igual talento, pero sin el factor sorpresa.

De las tres, la peruana Susana Baca es sin duda la más lejana a los ámbitos pop; su nombre es conocido en el mundo, pero en círculos más acotados que los de Zaz y Joss Stone. Es también la que tiene una carrera más larga, la que podría decirse que abreva más naturalmente de las fuentes de una tradición musical y la que tuvo que recorrer el camino más difícil para llegar al reconocimiento internacional.

De nada sirve hacernos los indignados porque su nombre sea el menos conocido por todos y porque podamos citar con mucho más conocimiento de causa a los fundadores de la chanson française y del soul estadounidense que a los de la música afroperuana. Esa es la realidad. No deja de ser una pena, ya que la música peruana es una enorme fuente de cosas lindas, que van desde el proto punk avant la lettre de Los Saicos al folclore de Chabuca Granda , pasando por la cumbia sicodélica de Los Destellos.
Baca es una enorme intérprete y una gran investigadora de la música negra de Perú y de sus conexiones con la música negra de las Américas. Nació en 1944, pero editó sus primeros discos en la década de 1980.

En 1995 David Byrne "descubrió" la música afroperuana y editó el disco The Soul of Black Peru en su sello Luaka Bop. La maravillosa interpretación de Susana Baca del tema "María Landó", estaba incluida en ese disco. Ahí empezó la carrera internacional de Baca, que dejó la venta de mermeladas caseras con las que sostenía su economía y las investigaciones sobre música negra que llevaba a cabo con su esposo en el Instituto Negrocontinuo, que ambos fundaron. Lleva editados seis discos internacionales. Afrodiáspora (2012) es el último y es un paseo maravilloso (aunque deje de lado el candombe) por la música negra de las Américas donde tiene el buen tino de incluir el soul estadounidense con una preciosa versión de "Hey Pocky Way" de The Meters.

La hipótesis de los seis grados de separación intenta probar que cualquier persona está conectada a otra a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios. En la música popular generalmente es fácil conectar a un artista con otro. Entre Zaz, Joss Stone y Susana Baca seguro hay menos que seis grados de distancia.

Por Andrés Torrón