Contenido creado por Gerardo Carrasco
Salud

Que no decaiga

Cuatro consejos para evitar la modorra de la tarde en el trabajo

Si arrancás la mañana laboral con energía pero a la tarde te invade la modorra, anotate estos cuatro valiosos tips para superarla.

28.07.2015 13:22

Lectura: 5'

2015-07-28T13:22:00-03:00
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Montevideo Portal

La llegada de la tarde en el "ecosistema de oficina" muestra algunos elementos muy característicos, que afecta a muchos de sus habitantes: una ola de cansancio, pérdida de concentración y una batalla por mantener los ojos abiertos, incluso si durante la noche anterior se durmió sin problemas.

Tras una mañana ajetreada y activa y una pausa para un almuerzo reparador, a eso de las 15.00 el cuerpo y la mente comienzan a pedir pista de aterrizaje, y hasta las tareas más sencillas se vuelven fastidiosas. ¿Cómo hacer, pues, para recuperar los niveles de energía que teníamos antes y recuperar la actitud pujante de antes del mediodía?

La respuesta la tiene la doctora Sally Norton, cirujana británica especialista en bypass gástrico y otros sistemas de control de peso. Más allá de su especialización, es una convencida de que los procedimientos quirúrgicos para combatir el sobrepeso sólo deben aplicarse en último recurso, y que la clave para controlar los kilos pasa por un estilo de vida saludable. Su consejos al respecto se publican en los principales medios de prensa de ese país, donde se la considera una referencia.

Consultada por el periódico londinense Daily Mail, Norton ofreció una batería de cuatro técnicas para sobrevivir a la modorra vespertina.

No cedas ante el azúcar


Tenemos la tendencia a recurrir al azúcar como una fuente casi instantánea de energía cuando sentimos que nos invade el letargo, pero en realidad puede llegar a hacernos sentir peor.

El rápido impulso que proporciona el azúcar es seguido por un rápido bajón, ya que nuestros niveles de azúcar en la sangre caen en picado ya que la insulina sale como loca a barrer con todo ese azúcar que ingerimos . Por eso, evitar su consumo puede ser maravilloso para nuestras reservas de energía

Entonces, ¿qué podemos comer en su lugar? Necesitamos fuentes de energía de combustión lenta, bocadillos con muchas proteínas, grasas (con moderación, por supuesto) e hidratos de carbono complejos, como cereales integrales.

Evitá los almuerzos pesados


Una de las principales razones por las que muchos de nosotros sentimos la modorra vespertina se debe a que nuestros cuerpos están ocupados digerir almuerzo. Y cuanto más pesado sea ese almuerzo, más pesado será también el aletargamiento.

La comida ingerida al mediodía desvía la sangre lejos del cerebro para ayudar al proceso de la digestión, y eso produce la conocida somnolencia. Y un almuerzo pantagruélico insume más tiempo y energía para ser digerido que uno más livianito.

Pero la verdad de la milanesa -nunca mejor dicho- es que no necesitamos las enormes porciones que a veces nos zampamos.

En su artículo, Norton explica que en el mundo el tamaño de las porciones que se sirven tiende a aumentar, creciendo aproximadamente un 50% en los últimos 20 años. Eso hace que resulte muy fácil que acabemos comiendo, casi sin darnos cuenta, cantidades de comida bastante mayores a las que nuestras necesidades requieren.

Un chivito canadiense o un plato grande ravioles contienen exceden nuestra necesidad alimenticia, y el cuerpo nos pasa factura al momento de la digestión.

Por eso, Norton recomienda un almuerzo balanceado y ligero, que contenga variados nutrientes. Así podrás alcanzar una sensación de saciedad sin llegar a experimentar la incómoda sensación de pesadez que sobreviene cuando se come demasiado.

Hacé una pausa


Muchas de las personas que trabajan en oficinas pasan horas y horas pegadas al escritorio, ya a veces no se apartan de él ni siquiera a la hora del almuerzo. Sin embargo, muchas horas seguidas al teclado no significan necesariamente más productividad, especialmente si el adormecimiento y la falta de energía plantan sus banderas sobre el teclado.

Tomar un descanso lejos del monitor, y de ser posible hacer un poco de ejercicio, puede ser la gran herramienta para recargar pilas y luego retomar la tarea con renovados bríos.

Estudios han demostrado que un poco de movimiento, por ejemplo una breve caminata durante el tiempo del almuerzo, aumenta nuestra energía de muchas maneras, desde la tonificación muscular hasta incrementar la autoconfianza y levantar el ánimo.

Tomate un café


Es un truco conocido, pero no por eso menos eficaz.

Norton advierte que pese a ser demonizada casi al punto de una droga dura, un poco de cafeína puede mejorar el rendimiento físico y aportar beneficios a la salud.

A modo de ejemplo, la experta señala que el consumo moderado de café puede mejorar el desempeño mental, y reducir el riesgo de enfermedades como el alzhéimer y la diabetes.

Por eso, un pocillo de café luego del almuerzo puede ser una buena idea. Se recomienda evitar tomarlo ya avanzada la tarde, ya que lleva tiempo metabolizarlo y podría provocar insomnio en la noche.

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